domingo, 13 de enero de 2008

Gracias Ángel Gónzalez

Meriendo algunas tardes:
no todas tienen pulpa comestible.

Si estoy junto a la mar
muerdo primero los acantilados,
luego las nubes cárdenas y el cielo
—escupo las gaviotas—
y para postre dejo las bañistas
jugando a la pelota y despeinadas.

Si estoy en la ciudad
meriendo tarde a secas:
mastico lentamente los minutos
—tras haberles quitado las espinas—
y cuando se me acaban
me voy rumiando sombras
rememorando el tiempo devorado
con un acre sabor a nada en la garganta
.

3 comentarios:

Amelie Poulain dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Amelie Poulain dijo...

Me encanta que te hayas embarcado en esta aventura :D, sin duda, seguiré de muy cerca las letras que desees compartir. Muchos besos

Fleischmann dijo...

Me he embaucado en esta a ventura...